“Mi hijo llora por todo”, es una de las frases más repetidas por algunas mamás y papás, ¿es tu caso? Puede que sí o quizá no, pero lo cierto es que todos los niños lloran en determinados momentos, por lo que en esta entrada voy a hablarte de lo importante que es permitir el llanto.
El llanto de los niños es un tema que a menudo genera preocupación y confusión entre los padres. Muchos de nosotros hemos crecido con la idea de que el llanto es algo negativo, que debe ser evitado o reprimido. Sin embargo, la realidad es que el llanto es una herramienta natural de reparación, ya lo dijo la Dr. Aletha Solter y desempeña un papel crucial en el desarrollo emocional de los niños. En esta entrada, exploraremos por qué es importante permitir que los niños expresen sus emociones a través del llanto y cómo los padres podemos apoyar y guiar a los niños en este proceso.
El llanto tiene un poder sanador
El llanto es una forma de comunicación primordial para los bebés y los niños pequeños. A través del llanto, expresan una amplia gama de emociones, desde el hambre y el cansancio hasta la frustración, el miedo y la tristeza. Es importante recordar que el llanto no es simplemente una señal de incomodidad física, sino también una expresión de las emociones internas de un niño.
Cuando permitimos que un niño llore y validamos sus sentimientos, les estamos dando permiso para procesar y liberar emociones difíciles. El llanto actúa como una válvula de escape emocional, permitiendo que el estrés y la tensión acumulada se liberen. Al llorar, los niños experimentan una sensación de alivio y calma, y esto les ayuda a restablecer su equilibrio emocional.
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a expresar y gestionar emociones?
Como padres, es fundamental fomentar un ambiente seguro y acogedor en el que los niños se sientan libres para expresar sus emociones. Es importante alentar a nuestros hijos a llorar cuando lo necesiten, evitando la tentación de distraerlos o negarles su derecho a sentirse tristes o enojados.
Cuando un niño llora, es importante validar sus sentimientos. Decir cosas como “entiendo que estás triste” o “parece que esto te ha hecho sentir frustrado” demuestra empatía y ayuda al niño a comprender que sus emociones son válidas. Al validar sus sentimientos, les estamos enseñando que está bien expresar emociones y que no hay nada de malo en llorar.
Es igualmente importante ayudar a los niños a desarrollar habilidades para gestionar sus emociones. Podemos enseñarles alternativas saludables para expresar sus sentimientos, como hablar sobre lo que les molesta o buscar actividades que les ayuden a canalizar su energía emocional, como dibujar, escribir o practicar ejercicio físico. Al proporcionarles herramientas para expresarse y manejar sus emociones de manera constructiva, les estamos brindando habilidades que les serán útiles a lo largo de su vida.
¿Qué beneficios tiene a largo plazo?
Permitir que los niños lloren y expresen sus emociones no solo tiene beneficios inmediatos, sino también a largo plazo. Al aprender a reconocer, expresar y gestionar sus emociones desde una edad temprana, los niños desarrollan una mayor inteligencia emocional. Esta habilidad les permite comprender y regular sus propias emociones, así como también entender las emociones de los demás.
Además, permitir el llanto y validar las emociones de los niños fortalece el vínculo entre padres e hijos. Cuando los niños sienten que sus padres están allí para ellos en momentos de angustia, se sienten amados y apoyados. Esto contribuye a una relación de confianza y seguridad, lo que a su vez fomenta un desarrollo emocional sano.
“El llanto es reparador”
El llanto es una herramienta natural de reparación que los niños utilizan para expresar sus emociones y liberar tensiones emocionales. Como padres, es nuestra responsabilidad fomentar un ambiente en el que los niños se sientan seguros para llorar y expresar sus emociones. Al hacerlo, les estamos brindando la oportunidad de desarrollar habilidades emocionales saludables y construir una base sólida para su bienestar emocional a lo largo de la vida.
Recordemos siempre que el llanto de un niño no es algo negativo ni algo que debamos evitar. Es una parte esencial de su experiencia emocional y un medio para su crecimiento y desarrollo. Aprendamos a escuchar, validar y acompañar a nuestros hijos en sus momentos de llanto, porque al hacerlo, estamos dándoles el permiso para sentir y la seguridad de que siempre estaremos allí para ellos.
Si tu hijo llora por todo, tienes que comprender que existe un motivo para ello, hay un sentimiento o emoción que está aflorando de manera intensa y que necesita ser atendido.
8 Acciones para enseñar a tu hijo a afrontar situaciones de llanto
- Estar presente y escuchar: Muestra interés por lo que tu hijo está sintiendo. Siéntate a su lado, mira a los ojos y presta atención a sus palabras y emociones. Hazle saber que estás ahí para él y que puedes entender su dolor.
- Valida sus sentimientos: Reconoce y acepta las emociones de tu hijo. Puedes decir frases como “entiendo que estás triste, frustrado o enojado. Es normal sentirse así” o “puedo ver que esto te ha hecho sentir muy triste, no te preocupes, estoy aquí para apoyarte”.
- No minimices ni juzgues sus emociones: Evita frases como “no es para tanto” o “no deberías estar llorando por eso”. Permitir que tu hijo sienta y exprese sus emociones sin juicio es fundamental para su bienestar emocional.
- Tranquilízalo/a: A veces, los niños pueden sentirse abrumados por sus emociones. Puedes transmitirles calma y tranquilidad diciendo cosas como “estoy aquí contigo, todo va a estar bien” o “respira profundamente conmigo, vamos a superar esto juntos”.
- Anímalo/a a expresarse: Si tu hijo se siente cómodo hablando sobre sus sentimientos, invítalo a compartir lo que le preocupa o le entristece. Pregúntale cómo se siente y escucha atentamente. Esto les ayudará a desarrollar habilidades para comunicar y comprender sus emociones.
- Proporciona consuelo físico: Abraza a tu hijo, acaricia suavemente su espalda o coge su mano. El contacto físico cariñoso puede transmitirles seguridad y calma en momentos de llanto.
- Enseña técnicas de relajación: A medida que tu hijo se tranquiliza, puedes guiarlo en técnicas de relajación como respiraciones profundas o contar hasta diez. Estas técnicas les ayudarán a regular su respiración y a encontrar una sensación de calma interior.
- No te apresures: Permítele a tu hijo tomarse el tiempo necesario para procesar sus emociones y llorar si es necesario. Evita distraerlo de su tristeza. La paciencia y la presencia son clave en este proceso.
Deja un lado la frase “mi hijo llora por todo” y permítele que llore, que exprese lo que siente, enséñale a gestionar la situación y dale recursos para manejar lo que está sintiendo.