La etapa académica, es una etapa compleja y también muy importante en el desarrollo de nuestros pequeños. Debería de ser una etapa especial, de aprendizaje y de disfrute, pero a veces, no es así y por diversas circunstancias, los niños caen en el desánimo, la apatía y el rechazo. La motivación es el combustible que alimenta la las ganas de querer aprender en un estudiante, por eso hoy vamos a ver cómo motivar a un adolescente para estudiar, cuando nos encontramos ante una de las situaciones más sensibles, los pensamientos y mensajes negativos que expresan o piensan sobre si mismos y el rendimiento escolar.
¡Siempre me equivoco en todo, nunca lo hago bien!
¡Para qué me voy a esforzar, si sé que voy a fracasar!
¡Aunque estudie mucho, nunca será suficiente!
¡Soy el más torpe de la clase!
¿Os pasa en casa?, ¿te sientes identificado/a con estas expresiones? A continuación te doy algunas ideas para poner en práctica en casa.
Claves con las que motivar a un adolescente para estudiar
Escucha activa.
Dedica tiempo a escuchar los sentimientos y preocupaciones de tu hijo sobre su trabajo escolar. Esto, hay que ponerlo en práctica a través de una comunicación abierta y comprensiva en la cual el niño pueda expresarse con tranquilidad y sin miedo a ser juzgado por ello. Es fundamental que entiendas su perspectiva, que sepas escuchar y comprender los mensajes desde su mirada infantil o de adolescente.
Reconocer el esfuerzo.
Empieza por valorar y elogiar sus esfuerzos, independientemente de los resultados o calificaciones que obtenga.. Céntrate sobre todo en el esfuerzo, por pequeño que sea, esto le ayudará a sentirse valorado y motivado para seguir esforzándose.
Cambiar la perspectiva.
Es importante que ayudes a tu hijo a ver los desafíos como oportunidades de crecimiento en lugar de obstáculos, animándolo a aprender de los errores y a mantener una actitud positiva hacia el aprendizaje. Cuando se enfrenta a algún obstáculo o las cosas no salen como se espera, es fundamental analizar todo el proceso y animarle a localizar los aspectos que tiene que mejorar, alentándolo a buscar soluciones. El o ella, debe tener un papel muy activo. Déjale opinar y aportar ideas.
Establecer metas alcanzables.
Trabaja de manera conjunta con él para establecer metas realistas y alcanzables, sin mirar al largo plazo , sino objetivos cercanos en el tiempo. Resulta muy útil dividir las metas en pasos y objetivos más pequeños, para que pueda sentir que consigue cosas y eso le motive para continuar. Podéis celebrar cada logro, por pequeño que sea, esto aumentará su confianza y motivación, pero ojo, no te apoyes demasiado en los premios. Y por supuesto, tampoco recurras al castigo, si no se alcanzan los objetivos. Céntrate en analizar la situación y las acciones que hay que mejorar.
Fomentar el pensamiento positivo.
Es sencillo y muy potente. simplemente, anímale a enfocarse en lo positivo de sus experiencias escolares y a cultivar una actitud optimista hacia los desafíos a los que se enfrenta. Cada pensamiento que verbalice en negativo, anímale a transformarlo en positivo, sabiendo valorar los aprendizajes de cada momento y situación.
Proporcionar apoyo emocional.
Tienes una misión que consiste en asegurarte de que tu hijo o hija se sienta apoyado y comprendido. Intenta brindarle un ambiente seguro donde pueda expresar sus emociones y recibir consuelo cuando lo necesite. Recuerda, sin juzgar, simplemente escucha y conviértete en su guía.
Modelar una actitud positiva.
Tu eres el espejo en el que se mira, por lo que eres su modelo a seguir, así que, si tú mantienes una actitud positiva hacia el aprendizaje, demostrando perseverancia y afrontas las dificultades con optimismo, él aprenderá a hacerlo de esa manera. Tu actitud con respecto a las diferentes situaciones en las que se vea envuelto, va a influir de forma directa. ¡así que, asegúrate de transmitirle optimismo y determinación!