La importancia de los descansos estudiando, forma parte de una colección de 5 post en los que te enseñamos técnicas de planificación para estudiantes, con el objetivo de que aprendas a organizar tu tiempo y tus tareas de forma efectiva para mejorar tu rendimiento académico.
Descansos estudiando
¿Eres de los que realizan descansos durante el tiempo de estudio, o por el contrario, eres de los que te pasas horas seguidas, sin realizar ningún descanso?
En este post vamos a hablarte sobre la importancia de los descansos estudiando para mejorar el rendimiento académico y optimizar tu tiempo de trabajo diario.
Si eres de los que crees que pasar horas sin salir de tu lugar de estudio y apuestas por la realización de sesiones largas de trabajo sin parar, con el fin de poder rendir mejor y no perder el tiempo, déjame decirte, que estás equivocado.
¿Por qué realizar descansos estudiando?
Según se ha confirmado en algunos estudios que se han realizado al respecto, cuando se excede de los 45 o 50 minutos de trabajo intelectual intenso, la capacidad para mantener la concentración en la tarea, baja, y en consecuencia el rendimiento será menor. Se ha estimado que un estudiante puede mantener una buena concentración durante un tiempo concreto. Este tiempo está en torno a los 45 o 50 minutos.
A partir de este momento, se pierde capacidad de concentración y ello provocará que te cueste mucho más esfuerzo el trabajo que realizas, llegando a agotarte.
¿Cuándo hacer los descansos estudiando?
Nosotros recomendamos que tengas en cuenta este margen de tiempo a la hora de planificar tus sesiones de estudio y que programes descansos a partir de los 45 minutos de trabajo, sin exceder de la hora y media. Es decir, realiza descansos cada 45 minutos o cada 1,5 horas como máximo. En caso de que llevando una hora y media de trabajo, te encuentres concentrado e inmerso en la tarea y el trabajo sea eficiente, no abandones, sigue trabajando hasta que veas que te cuesta mantener la atención.
Recuerda:
- Programa descansos cada 45 minutos de trabajo o 1,5 horas como máximo.
- Si llevas 1,5 horas trabajando y te encuentras concentrado y trabajando con eficacia, continúa hasta que notes que baja tu rendimiento.
Ejemplo de planificación de una sesión de estudio de 3 horas.
Si tienes previsto marcar sesiones de trabajo de entre 3 y 4 horas diarias, lo más recomendable sería que hicieses dos descansos.
50 minutos de estudio/ 10 minutos de descanso.
Una hora y cuarto de estudio / 15 minutos de descanso.
Una hora y cuarto de estudio.
Beneficios de los descansos:
Cuando se hace un descanso, se permite a la mente que se relaje y durante ese periodo se puedan asentar mejor los conocimientos en tu memoria. Esto, va a favorecer que asimiles mucho mejor el contenido de lo que has estado trabajando.
¿Cómo planificar descansos estudiando?
Cuando vayas a planificar una sesión de estudio, ten en cuenta qué trabajarás cada día y cómo planificarás el tiempo. Al final de la entrada, tienes toda la información que necesitas para aprender a hacerlo.
Te recomendamos que planifiques tus descansos teniendo en cuenta la dificultad de la tarea y prestando atención a tu capacidad de mantener la atención en ella en cada momento.
Puede pasar…
Es posible que hayas planificado un descanso a los 50 minutos de haber comenzado a estudiar, pero que justo en ese momento, te encuentres súper concentrado en la tarea ¿realizamos descanso en ese caso? Como te hemos comentado anteriormente, no, lo ideal es que continúes con el estudio hasta que notes que comienzas a cansarte y/o la atención empieza a dispersarse.
¿Cuánto tiempo tienen que durar los descansos estudiando?
La duración de los descansos va a depender de varios factores:
- El tiempo que lleves trabajando: La duración de un descanso que se realiza a los 50 minutos de haber comenzado a estudiar, no debe ser la misma que la duración de un descanso cuando ya llevamos 3 horas trabajando. Dependiendo del tiempo, del rendimiento y de la fatiga mental, podríamos decir que un primer descanso, ha de ser más breve y conforme se va alargando el tiempo de estudio, los descansos habrá que ir ampliándolos poco a poco o a demanda.
- Cansancio o fatiga mental: Como estudiante, sabes muy bien, que conforme aumenta el tiempo que dedicas al estudio, la fatiga y el cansancio van aumentando. Ten este aspecto en cuenta para marcar el momento en el que realizas tu descanso y determina el tiempo que durará. A más fatiga, más tiempo de descanso.
- Estado físico y emocional: Todos tenemos días en los que nos encontramos mejor, estamos más frescos y rendimos al máximo y días en los que no nos encontramos al 100% (dolor de cabeza, cansancio físico, malestar, problemas, etc.) Sé realista y valora tu estado físico y emocional a la hora de marcar tu tiempo de estudio y descansos.
- La hora del estudio: Dependiendo del ritmo de vida que lleves y cuáles sean las horas de dediques al estudio, fíjate bien en cómo rindes en cada momento del día. Si generalmente rindes mejor por las mañanas, es posible que por las tardes, te cueste más concentrarte y tus franjas de estudio tengan que ser más cortas.
Consejos para los descansos estudiando:
- Si no tienes un hábito de estudio constante o te cuesta mantener la atención durante tiempo prolongado, haz de considerar la realización de descansos breves pero más seguidos, por ejemplo, cada 30 minutos de tarea. Poco a poco y conforme vayas adquiriendo hábito y constancia en el estudio, ve ampliando tus franjas de estudio y reduciendo los descansos.
- Fíjate bien en cómo te encuentras física y mentalmente. Si no te encuentras al 100%, realiza el descanso antes del momento que previamente hayas fijado. Si por el contrario te encuentras con energía, alarga tu franja de estudio y retrasa el momento de realizar el descanso.
- Si te encuentras muy concentrado, no abandones la tarea aunque haya llegado la hora de realizar el descanso. Si lo haces, estarás interrumpiendo tu concentración y a la vuelta del descanso, es posible que te cueste retomar la tarea.
- Durante el tiempo de descanso, lo mejor es que relajes la mente, el cuerpo y la vista. Para ello, sal de tu lugar de estudio:
- Hidrátate – bebe agua, zumos, toma fruta y alimentos nutritivos.
- Toma el aire. Sal fuera, aunque sea al balcón o patio de tu casa. A tu mente le vendrá fenomenal. Si tienes que hacer algún recado rápido, aprovecha.
- Distráete con otras personas. Desconecta de tu actividad hablando con las personas con las que convivas.
- No abuses de los dispositivos digitales. Recuerda que tienes que relajar la vista y la mente, con lo cual, no dediques todo el tiempo de tu descanso a mirar el teléfono móvil, la televisión,el ordenador, etc.
- Abre puertas y/o ventanas para oxigenar y ventilar el ambiente de tu lugar de estudio.
- Descansos en periodos de exámenes. Durante las épocas de exámenes en las que hay que dedicar muchas horas al estudio, te recomendamos que programes secuencias de estudio de no más de 3 – 4 horas.
Por ejemplo: Vas es estudiar durante todo el día (mañana y tarde) Divide el tiempo de estudio en sesión de mañana (3 horas) y sesión de tarde (4 horas). Durante cada sesión, distribuye el tiempo de estudio entre intervalos de estudio y descansos. Y entre ambas sesiones, realiza siempre un descanso más largo (al menos 2 horas) para descansar y no fatigarte. Los periodos de exámenes, pueden resultar agobiantes y cuando llevamos varios días de estudio, la fatiga se acusa cada vez más. Durante estas épocas, permítete poder realizar un paréntesis de un día entero cuando lo necesites.
- No te quedes encerrado en casa, sal, toma el aire, practica deporte, queda con amigos, mantén temas de conversación que no tengan que ver con los estudios, relájate y tómate momentos de desconexión para realizar aquellas cosas que te gustan. Esto es una terapia ideal para reponer energía.
Echa un vistazo a estas entradas de la colección “Técnicas de planificación para estudiantes”
Planificar tareas para rendir mejor.
Planificar el tiempo de estudio. Pasos y métodos.
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